martes, 13 de octubre de 2009

Confrontación con la docencia

Al salir de la Universidad Autónoma de Baja California, a los 24 años egresando de la carrera de Informática, decidí hacer mis practicas profesionales en ISEP, como la mayoría de los egresados sienten, pensaba que no sabia nada sobre la carrera pues no había tenido mucha practica, estando allí conocí a una compañera que un buen día me dijo que si la podía cubrir por todo un semestre en Conalep, yo no tenia ni idea de lo que significaba dar clases y mucho menos todo lo que conllevaba esa responsabilidad, pero aun así le dije que si. Cabe mencionar que yo para ese entonces me consideraba una persona introvertida, me daba mucha pena exponer en clases y no me sentía segura hablando en público.

El primer día que fui a Conalep para presentarme ante el grupo como su nueva maestra, iba muy nerviosa, sin embargo al entrar al aula y presentarme ante los alumnos sentí una seguridad que no había experimentado antes, y conforme pasaron los días me fui sintiendo mucho mejor, me gusta ser el medio por el cual mis alumnos aprenden sobre cierto tema, en aquellos días impartía una materia que le enseñaba al alumno a realizar paginas de Internet. Gracias a mi esfuerzo para el siguiente semestre me contrataron ya con mis horas y desde ese momento hasta la fecha he sido profesora de dicha institución.

En las tardes trabajo en Cecyte pero como Encargada de Laboratorio de Computo, donde mi trabajo consiste principalmente en darle soporte a usuarios y equipo de computo, entre otras actividades.

He dado clases también a nivel de primaria y secundaria en un Colegio Particular, donde igualmente me ha otorgado mucha satisfacción estar entre los jóvenes, mi propósito nunca ha sido llegar a ser su amigo, dado que en esos casos puede haber una línea muy delgada entre el respeto y la autoridad que represento para ellos, pero si me es de sumo interés estar al tanto de sus emociones comprender que no solamente viven para mi materia y que tienes otras actividades, motivo por el cual procuro dejarles el mínimo de tarea y en su caso dejárselas con por lo menos una semana de anticipación.

Me agrada que mis alumnos me cuestionen, que pongan en práctica lo que les digo, darles consejos que he aprendido con la experiencia en relación a la compostura de equipo de computo, que ellos me digan cual es su manera de realizar cierta actividad y validarla aunque sea diferente a la manera que yo les enseñe.

Como todo, no siempre es hojuelas sobre miel y una de las decepciones que he tenido, es que en ciertos alumnos existe una falta de interés, desmotivación, algunos de ellos tienen una carga excesiva de problemas que no competen a su edad pero por su situación muchas veces económica, deben de resolverlos, como caso especifico trabajar y estudiar, o bien alguna alumna que sale embarazada en el transcurso de su bachillerato así como problemas típicos de la adolescencia, cuestiones que merman la atención que puedan brindar a las clases en general. Sin embargo hay que tener mayor atención y no bajar la guardia en estos casos, ya que con la ayuda necesita y la comprensión son alumnos que podemos salvar.

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